220 Cántaras

Cordovín está situado en la parte noroccidental de Rioja Alta, 20 km al sur de Haro, 30 km al suroeste de Logroño. El clima es continental moderado, con influencia cantábrica. La zona se beneficia de la confluencia de dos climas tan opuestos como el atlántico y mediterráneo, que proporcionan temperaturas suaves. Los factores de mayor influencia son el Valle del Ebro, la Sierra de Cantabria y la Sierra de la Demanda.

Cordovín se encuentra protegido principalmente por la Sierra de la Demanda. La cercanía de esta sierra y de los distintos ríos que transcurren por todo el valle, propician la generación de neblinas y rocíos que en época de sequía ayudan a la correcta maduración de la uva. La Sierra de Cantabria también resguarda nuestros viñedos de los vientos del Cantábrico.

La bodega cuenta con un total de 15 ha. en Cordovín, Badarán y Alesanco y controla la producción de otras 50 ha. propiedad de viticultores con acuerdos de compra de uva establecidos. La edad media del viñedo es de 30 años. Cordovín, está situado a 596 metros de altitud sobre el mar, tiene suelos fríos y húmedos. Los suelos son arcillo calcáreos  con zonas de arena roja ferrosa y otras zonas aluviales, con suelos ricos en grava silícea y caliza. La altitud que oscila entre los 580 y los 650 m. y la precipitación anual es de 350-600 mm.

La zona es famosa en el norte de España por la elaboración de “El Clarete de Cordovín”, un vino rosado ligero y refrescante. Hasta hace poco, Cordovín era el único pueblo que podía hacer figurar junto a la D.O.Ca Rioja, el nombre del pueblo para vinos elaborados como Clarete y procedentes de dicha localidad. Históricamente, la variedad de uva tinta más utilizada en la zona ha sido la Garnacha, debido a su maduración tardía, en comparación a la Tempranillo. La Viura, es la uva blanca más utilizada en la zona, base indispensable para la elaboración del clarete pero en el caso de 220 Cántaras también para sus grandes vinos blancos que destacan por su excelente calidad.

Muchos clasifican el clarete erróneamente como rosado. El clarete se asemeja visualmente al rosado pero el método de la producción es diferente. Básicamente, se juntan en la misma prensa proporciones variables de uva entera blanca 70-80% y uva tinta 30-20% y se prensan juntos. Aunque a simple vista es sencillo, es un proceso de vinificación delicado que requiere la mano experta del bodeguero para conseguir el color y las características organolépticas adecuadas. Este proceso crea esencialmente un vino blanco manchado rosa pálido pero que a efectos prácticos por su color cae dentro de la categoría de un vino rosado. El vino expresa aromas de pomelo rosa, fruta blanca de hueso, frutillas rojas, granadas y naranjas sanguinas. Un vino con mucho nervio y a la vez con una agradable cremosidad procedente de la crianza sobre lías. Se trata de una especie de equivalente español al rosado provenzal que va bien  con la comida riojana como el bacalao, pescados al horno, escabeche de perdiz, verduras a la plancha, pero también acompaña perfectamente la cocina del sudeste asiático y la pasta.

La bodega cuenta con una gama ecléctica de vinos blancos que muestran el clasicismo y la innovación del potencial y calidad de los grandes vinos blancos de Rioja. Los tintos expresan un estilo más clásico, aunque el protagonismo de la Garnacha aporta vinos con mayor elegancia y sutilidad que van más allá de vinos concentrados y dominados por la barrica. Una bodega que transcribe fidedignamente las posibilidades de Rioja aliando tradición con vanguardia.